Consejos para el diagnóstico
El dermatoscopio es un instrumento imprescindible para la exploración de la piel. Aquí ofrecemos consejos sobre la forma óptima de trabajar con el instrumento y sobre qué características facilitan la exploración.
A la hora de explorar lesiones cutáneas pigmentadas y no pigmentadas, los dermatoscopios modernos permiten el cambio rápido entre iluminación polarizada y no polarizada. Así, en función del modo, se pueden visibilizar mejor unas u otras estructuras de la piel. En este sentido, para la dermatoscopia con contacto no polarizada se necesita un líquido de contacto, a diferencia de lo que ocurre en el modo polarizado.
Al usar un dermatoscopio hay muchas partes del cuerpo a las que solo se accede con dificultad. Por ello, para explorar zonas de piel como los espacios interdigitales, los oídos, las comisuras de los ojos y las aletas de la nariz es recomendable usar un pequeño disco de contacto.